Video de las actividades de la tulpa juvenil en el 2015.
La Tulpa es entonces el lugar de reunión para conversar al calor de las llamas, es un espacio
cotidiano donde se teje la conversa, donde se reflexiona y se construye comunidad.
Hemos ido llenando también este nombre de contenido desde lo simbólico de pasar
del Rescoldo a La Tulpa, de nuevamente encender el rescoldo y tener una gran
llama que representa la perseverancia y entusiasmo con que hemos sabido trabajar.
La Tulpa ha venido trabajando en tres líneas generales de acción:
1. La educación popular: consideramos que es fundamental construir escenarios educativos
para la reflexión crítica, donde no se imponga la palabra sino que se procure la reflexión
colectiva y horizontal desde el diálogo de saberes. Es importante pensar desde nuestra realidad,
usar metodologías participativas y reflexionar sobre nuestra posición como sujetas y sujetos
políticos, asumiéndonos como participes de nuestro propio proceso de aprendizaje.
2. La reconstrucción de la memoria: le hemos apostado al reencuentro con pasado, reconociéndonos
fruto de una historia inmediata llena de violencias y opresiones, pero a su vez fruto
de una historia de esfuerzos y procesos de construcción populares. El encuentro con la memoria
es también el compromiso de liberar del olvido las voces silenciadas que tiene una
historia que contar, además de considerarla un gran aporte a nuestra identidad cultural.
3. La defensa y la construcción del territorio: nos hemos asumido como actores políticos y comunitarios
en el territorio, entendiendo este como un cumulo de relaciones entre un entorno
cultural y un espacio geográfico determinado. Hoy levantar la bandera de la defensa del territorio
es fundamental si se lee en clave histórica el permanente saqueo a que América Latina ha
sido sometida, abanderamos también la lucha por el reconocimiento de los ecosistemas como
entes vivos y creadores de vida que es necesario preservar para nuestra sobrevivencia, defendemos
a su vez las culturas campesinas y comunitarias forjadas y forjadoras de nuestro territorio.
El 24 y 25 de septiembre participamos del Festival del Agua del Oriente Antioqueño
convocado por el MOVETE y el foro subregional de la Cumbre Agraria Étnica y Po- pular, evento que nos permitió encontrarnos con otras y otros que se vienen pensan- do el territorio desde la organización popular, además de ser un escenario fundamental
para conocer las problemáticas de la región desde las voces mismas de los territorios,
tener un mapa general de la situación causada por los conflictos socio-ambientales
como resultado de la imposición de un modelo de desarrollo desde el gobierno nacio- nal y los grandes emporios económicos que sólo ofrendan muerte y saqueo para nues- tros territorios con su locomotora minero-energético; un encuentro donde la comuni- dad pudo debatir con la institucionalidad departamental y las autoridades ambientales
Era grato pensarse de nuevo en clave regional, entender nuestros problemas no de una manera
aislada sino precisamente como un territorio común que compartimos y que exige soluciones comunes,
retomar la tradición de lucha y resistencia que ha tenido el Oriente. Allí en la movilización
nace la consigna de La Tulpa, que más que una consigna representa una conclusión y un proyecto
político:
¡Vamos a las calles que el poder del pueblo construye su Dignidad!
Fragmentos de la Cartilla "Contar nuestra historia. Memorias de la Tulpa 2015"
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